Zagreb y el gusto de una capital

Zagreb es la ciudad más grande y más poblada de Croacia, además de su capital. Si vais a visitar este país, Zagreb tiene que estar en la lista de imprescindibles y no siempre lo está. A pesar de haber aterrizado en el aeropuerto de Zagreb – Pleso en nuestro viaje por los Balcanes, la capital croata fue la última parada. Eso que dicen de que “los últimos serán los primeros” se cumplió en esta ciudad.

Zagreb tiene todo lo que le puedes pedir a una gran capital europea. Tiene museos, arquitectura, un barrio Alto y otro Bajo, grandes plazas, tranvía, funicular, tiendas del hogar dignas del más puro estilo nórdico, cafés ideales, modernos locales, calles peatonales, mercados de flores, vida nocturna, juventud y un toque retro. En todo mezcla la tradición y la modernidad con un marcado carácter bohemio y cultural. También tiene un cuerpo de policía muy multón, así que respetad el horario de la zona controlada por parquímetro si no queréis conocer el edificio donde se pagan las multas. Y el servicio de pago por SMS solo funciona con una tarjeta SIM croata!!!

Podemos empezar por hacer ejercicio subiendo al Barrio Alto, a no ser que cojamos el funicular. Aquí está la catedral y otro edificios religiosos e institucionales, entre los que destaca el famoso tejado de la iglesia Marco Polo. Pero lo que a mí más me gusta es el Dolac, el mercado de la ciudad. Tiene dos plantas. La de abajo para carnes y pescados, y la de arriba, descubierta, para frutas y otros enseres del hogar. Mucha vida! Muy cerca del funicular está Kula Lotrščak, un mirador estupendo para ver el skyline de Zagreb.

Y siguiendo por el Barrio Bajo, ya con el trazado más llano, hay que andar. Desde lo que yo considero centro – que es a su vez la separación entre Barrio Alto y Bajo -, la plaza Trg bana Josipa Jelačića, se puede caminar Ilica, la calle de compras por antonomasia. Pero lo mejor es explorar las calles y plazas aledañas porque cada local es una nueva sorpresa.

Y para los más curiosos tengo una curiosidad. Si os digo Croata Cravata, igual no os digo nada. Pero si os digo que la corbata es croata, creo que ya me entendéis. Pues sí, Croacia es cuna de este complemento varonil que se puso de moda en Francia en el siglo XVII, y desde entonces da un aire más o menos sofisticado a todo aquel que lo lleva.

* Dormir en Apartamentos Palma – Decoración marinera con mucho gusto y una pequeña terraza que en pleno febrero no pudimos disfrutar mucho. No os dejéis llevar por la primera impresión del edificio porque merece mucho la pena. Y muy cerca del centro. 36€ noche.